miércoles, 27 de enero de 2010

Obra freudiana en tres actos


A todos aquellos que han resignado, hasta casi la autoinmolación, sus sueños y afanes en el altar de eso que llaman ciencia, ojala que sus marcos teóricos y sus rigideces salvadoras y llenas de ISO´s reconocimientos e invaluables certificaciones los lleven a buenos puertos. Al menos tengo la certeza de que contarán con suficientes recursos oficiales para sus “invaluables” investigaciones.




Es indicio de una mente educada contentarse con el grado de precisión que admite la naturaleza del asunto, y no buscar exactitud cuando sólo es posible una aproximación.

Aristóteles



En algunas discusiones a las que he asistido a lo largo de los años acerca de los requisitos o lo necesario y/o deseable para devenir “analista” he oído posiciones tales como que lo indispensable para tal formación sería poder contar con el sentido diagnóstico y objetividad del médico, otros defienden algo que llaman la visión desprejuiciada del psicólogo, unos más la mirada profunda del filósofo y así, se enumera y defiende aquello que el mismo Freud recomendó de una manera muy sencilla: Una vasta cultura.

Podemos abreviar esa discusión repasando la biografía de Freud de Ernest Jones, sobretodo cuando narra un día en la vida del maestro (1), o en los prólogos a sus textos escritos por James Strachey en la edición de Amorrortu de las obras completas freudianas en castellano, en donde se podrá constatar cómo vivía Freud y cómo construyó su obra; pudiendo encontrarse que por lo regular Freud escribía de noche, después de una ardua jornada clínica.

O sea, su obra teórica fue producto de su trabajo clínico. Claro que su cultura era amplia y su formación médica y otros etcéteras lo ayudaron pero fundamentalmente Freud vertía en sus escritos las reflexiones de su quehacer clínico diario.

Recuerdo una frase que leía cada quince días que pasaba por el túnel de la ciencia en la estación del metro “La Raza” en el DF: “La ciencia entera no es más que un refinamiento de lo que pensamos todos los días” atribuida a Albert Einstein, siempre he pensado que hay una fuerte conexión entra esta idea y la forma de trabajo de Freud.

Podríamos imaginar así, a un Freud transitando por un puente que lo llevó a lo largo de su vida entre sus trabajo clínico diario a la reflexión y producción de la obra que dejó.

Algunas ideas acerca del desarrollo de las obra freudiana la podemos construir hoy a la distancia de esta manera:


1er acto.- El seductor encanto del inconciente

Freud se topa duro y de frente con la existencia del inconciente: Francia, Charcot, la histeria, la hipnosis. El digerir esa experiencia, rehusándose a desfallecer ante su formación médica y comenzar así la construcción de lo que sería su teoría; tiempo de síntomas, sexualidad, lapsus, sueños, etc. maravillándose con todo eso que le salía al paso. Adrenalina que no cesaba por varios años hasta que tuvo que detenerse y reconocer que había algo mas, algo que amenazaba desde su misma obra parte de lo ya alcanzado, había un más allá…

2do. Acto. Más allá del principio del placer:

1920 era un año en donde Freud ya contaba con una primer visión, una tópica bastante conocida y aceptada; sus sueños, su chiste, sus ensayos de la teoría sexual, todas esas obras, para bien o para mal ya habían calado en la cultura y ahora debía reconocer que había un más allá que contradecía en parte lo anterior.

Esto nuevo, descubierto por Freud generaba un rechazo entre sus mismos seguidores, algunos definitivamente no lo siguieron: “Pulsión de muerte” tendencia mortal, ¿qué era eso que se expresaba como una incesante repetición pareciendo contradecir el placer de cesar la estimulación? ¿Era una fantasía o puro pesimismo?

Otros analistas como Lacan encontraran en esa enseñanza aquello que se conocería más tarde como el concepto de goce.

3er acto. En proceso.

Escribiéndose con las actuales tendencias, corrientes teóricas y prácticas analíticas en el mundo. La historia de este tercer acto se construye, habría que sumarnos a ella.


Psic. Guillermo Sánchez Cortés
gmosanchezmx@yahoo.com

http://monterrey-psicoanalitico.blogspot.com/

(1) Jones, E. Vida y obra de Sigmund Freud, TII, Ed. Horme, Argentina 1981, p.402

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me parece que debiera hablar más de otros autores contemporáneos a Freud

fabiharo dijo...

Muchos saludos profe. e x i t o :P